"En Viena llovía. ¡Pero nosotros no somos terrones de azúcar!"En Londres llueve. Yo voy en el asiento delantero del colectivo rojo. No se si sumergirme en el mundo de los realvisceralistas o contemplar la ciudad a través de los vidrios mojados. Me urge escribir este pensamiento. El único papel que tengo a mano es aquel que cayó desde un balcón, sobre mi mesa en la vereda, justo al lado del café que estaba tomando. De nuevo en Buenos Aires por un segundo. La lluvia es la misma en todo el mundo.
Lilting
Hace 10 años
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