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jueves, 31 de julio de 2014

A Blue Hand - Deborah Baker

Day 100 (100happydays). Estoy terminando de escribir la primer nota para La otra butaca donde voy a empezar a colaborar como invitada desde Londres. Me gusta la idea de verlo como un diario de cine compartido. Volví del laburo a casa escuchando The National en mis auriculares y como si viviera en una película, caminé lentamente, solo escuchando la música. Acabo de terminar en el colectivo, el hermoso libro sobre los Beats en India y llorando, llegué a casa y pensé que acababa de encontrar las palabras perfectas. Ahora con ganas de viajar a otros destinos y de hacer, siempre hacer y moverme, el libro me dejó con un amor profundo a lo que ya sabía que amaba. Ayer tuve una revelación. Pensé en mí misma a los 12 años y supe que siempre supe lo que quería. Estaba en un bar donde hacía más calor que afuera en la playa, y sonaba un punk rock con distorsión como el que escuchaba mientras descubría lo que es ser adolescente con una guitarra. Desde abajo del escenario, casi siempre en primera fila. Sacando las primeras fotos que realmente me importaban en mi vida. Y lloré también. Tuve que salir del bar y escribir. Y hoy leí, que mientras Allen volvía de India a su casa, con la sensación de que en realidad volvía con las manos vacías sin haber aprendido nada, tuvo inmediatamente otra idea, se dio cuenta lo que había obtenido con ese viaje sagrado:
"he had no powers beyond those granted to the living over the dead. And like every other passenger on this journey, he was alive".

jueves, 17 de julio de 2014

POEMS Selected by Patti Smith - William Blake

Cuando volví a casa de España ya había llegado el librito de Poemas de Blake que me compré por internet. Lo abrí para chusmear la introducción escrita por Patti. La primeras palabras:
"The eternal loom spins the immaculate word"
pasé la página y seguí con los ojos. Estaba tan cansada que no quería leer todo, pero solo probar un poquito
"When Allen Ginsberg lay dying, I was among those who sat vigil by his bedside. I wondered into his library and randomly chose a book, a volume of Blake in blood-red binding. Each poem was deeply annotated by Allen's hand, just as Blake had annotted Milton. [...] the angels, mute, admiring"
Pasé el vuelo leyendo y marcando un libro sobre Allen Ginsberg en India, y su búsqueda de la santidad. La belleza de su pureza y de los libros marcados y de la poesía esperaba en mi casa para conectar otro libro más. La magia sigue.

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Al otro día mientras desayunábamos le mostré a Nico las hermosas palabras con las que Patti introduce el libro de Blake, y leí las últimas, unas que antes no había leído, y se me llenaron los ojos de lágrimas. Estaba a punto de decir, sin poder encontrar las palabras perfectas, que nadie ve como ella, que todo es tan sagrado bajo su mirada, que no hay nadie que transforme todo en belleza como ella lo hace.
To take on Blake is not to be alone.
Walk with him.
William Blake writes "all is holy"
That includes the book you are holding and the hand that holds it.

domingo, 6 de julio de 2014

Las Venas Abiertas de América Latina - Eduardo Galeano

Reconozco el punto donde todo empezó. Estaba aburrida en el laburo y encontré una noticia en internet que advertía que en Brasil estaban matando chicos por las noches para limpiar las calles. Aunque dudaba de la legitimidad de la nota, me superó la angustia y me puse a llorar. Nunca había llorado así antes. Nunca por estas razones. Nunca antes había sentido que por más que llorara, nadie a mi alrededor iba a entender lo que me pasaba. Me sentí tan lejos y tan inútil, y sentí un profundo amor por mi tierra y mi sangre latinoamericana. Arturs trató de calmarme, y yo lloré por un rato más, y le hablé, le hablé, le hablé de la hermosa gente de Brasil, de la gente que sufre en Latinoamerica, de los sueños humildes, de la pasión, de la identidad.
Me di cuenta que mi viaje me estaba enseñando lecciones en dos direcciones. Hacia adelante y hacia atrás. Lo nuevo y lo que siempre estuvo ahí pero yo solo podía ver desde adentro. Nunca había tomado real distancia para observar esto. Y ahora, estoy tan lejos, que la imagen cobró nitidez. Y mi cuerpo tiembla.

Entonces empezó una nueva revolución dentro mío. Me miro a mí misma, observo a mis amigos, nos comparo, comparo nuestras culturas, recurdo nuestras costumbres, y reconozco el amor que le tengo a los detalles que nos unen entre nosotros y nos separan de otros.
No se hacia donde me va a llevar esta ola de sensaciones, pero la abrazo con toda mi atención y mi curiosidad. Soy una página en blanco dejándome llenar.

Mientras caminaba con mis botas de lluvia cubiertas de barro por Glastonbury, pensé fugazmente que me gustaría leer "Las Venas Abiertas de América Latina"...

Unos días después Magui llegó a Londres como una de sus paradas por Europa. Le ofrecí quedarse en casa unos días. Nunca fuimos muy amigas, de hecho no nos vemos hace años, creo que desde que terminamos el colegio. Pero era un placer para mí ayudarla y compartir un poquito de la magia que es viajar. Hablamos algunas veces por Facebook. A veces me contaba que se cruzaba con Chele en la facultad y hablaban un montón. Cuando llegó acá le pregunté por ella. Me dijo que habían planeado encontrarse antes de que empezara su viaje porque Chele le quería dar algo para mí. Un libro. Que había comprado y escrito una dedicatoria, pero que Chele se había enfermado y no habían tenido oportunidad de verse antes de que Magui saliera de Buenos Aires. "Las Venas Abiertas de America Latina" es el libro que Chele tenía planeado mandarme.

Se me llenaron los ojos de lágrimas en el instante en que Magui me contaba eso, mientras sacaba cosas de su mochila y se acomodaba en el living de mi casa. Agarré el libro de Bolaño que las chicas me regalaron para mi cumpleaños y se lo mostré a Magui. "Esque la extraño tanto" dije, tratando de no llorar. Y a la vez, esa cosa mágica que tiene de leerme a la distancia me emocionó.

Siento que aunque no lo tenga conmigo todavía. El libro llegó a mí y llegó en el momento justo.
Gracias amiga.

A Blue Hand - Deborah Baker

Por qué el Budismo?
Porque el Budismo me eligió a mí.
Porque caminando por Glastonbury, el día después de encontrar "A Blue Hand", me topé con una carpa budista, donde me podía sentar a invocar frente a un Gohonzon.
Cuando vi el libro pensé "otra vez el Budismo vuelve a mi vida"
Cuando vi la carpa pensé "otra vez el Budismo vuelve a mi vida"
Cuando no podía encontrar el camino de vuelta a la azulidad, el Budismo volvió a mi vida.
Y yo solo lo dejo volver. Como dos viejos amigos que se aman cada vez que se encuentran.
Y cuando vuelve, siento que en realidad siempre estuvo ahí.


A Blue Hand - Deborah Baker

Mientras recorríamos los stands del Glasto nos encontramos con un puestito de libros. A simple vista, cosas maravillosas. El primer hallazgo fue un libro de pinturas de Kim Gordon "Performing/Guzzling", y después de varias cositas lindas y tentadoras, "A Blue Hand. The Beats in India" de Deborah Baker.
Ni bien vi la portada del libro (Una foto de Allen Ginsberg en un balcón, en blanco y negro, vestido con varias túnicas superpuestas, acercando su mano a un mono que pasaba por ahí) lo agarré con fuerza y me lo llevé a la carpa. Una mano azul. Azul como mi color. Azul como la piedrita en la mano que me protege del mal de ojo. Azul como el lapilázuli en el centro del brazalete que me trajo mi hermano de Perú. Azul como la estrella de Robert y Patti.

No pude evitar sonreír al ver la foto, como no puedo evitar sonreír cada vez que pienso en Allen.
Con esa belleza tranquila (lo pienso) lo escribo y se me pone la piel de gallina.
A las pocas primeras palabras de lectura, me encuentro con la descripción de Deborah Baker
"In the tiny lavatory mirror, behind the heavy black frames of his spectacles, his eyes held a gaze of curiosity, magnified by the power of his lenses. There was his nimbus of thinning hair. There was the heavy woolen sweater over a lumberjack shirt. There was the familiar and worn expression of loneliness". 
Entonces luego de esas primeras palabras de amor, sentí confianza en Deborah Parker, supe que ella me llevaría en un viaje hermoso por la India.
Me senté en el pasto a leer. Ya estaban pasando cosas hermosas a unas pocas horas de haber llegado al festival.