La tristeza de tus memorias hermosas en prosa o poemas se equilibran con la felicidad de algunos días. La misma tristeza que me llena el alma cuando escucho Bob Dylan o cuando recuerdo a Heath Ledger, o ahora cuando suena una canción de Cerati. Naomi en los hospitales, todos, tantos años. No puedo ni imaginarme tu dolor que se habrá vuelto costumbre y cotidianidad con el tiempo. Solo puedo cerrar los ojos y absorber tus palabras en la presión que siento en el pecho y respirar hondo mientras agradezco tener estos libros en mis manos que sanan el mundo.
Porque como dijo mi hermano sabio, la felicidad y la más profunda tristeza se sienten igual. En la boca del estómago desbordante e invasiva sensación imposible de ignorar.
Lilting
Hace 10 años